Traicionando el performance: Pepx Romero, MUXX y Nadia Granados

El festival Ceremonia es más conocido por su programación musical. Sin embargo, también es un espacio para el performance. Desde el 2015, en el escenario Traición, se han presentado en él las figuras más destacadas dentro de la escena.

Este año tuvimos la participación de Pepx Romero con Coatlicue (Homenaje a Jesusa Rodríguez, Astrid Hadad y El Azteca  de Acapulco).

Escenario Traición, Ceremonia 2023

Romero baila vestido con un traje inspirado en la diosa Coatlicue, llevado al paroxismo: sus senos y sus serpientes son gigantes.

Recita un texto en el que mezcla fragmentos de obras de Jesusa Rodríguez y Astrid Hadad, ambas leyendas del performance en México. Pero el tributo no es solo a estas creadoras consagradas, con prestigio dentro del mundo del arte, sino también al Azteca de Acapulco, un performer cuyo escenario no son los teatros universitarios ni los festivales del Hemispheric Institute, sino el Palladium, un antro de Acapulco.

En palabras del propio Azteca: “Mi misión es ser divertido, ridículo y entretenido al mismo tiempo”.

Romero toma en cuenta esos aspectos y los incorpora en su performance, pues la música que lo acompaña no es solemne sino para bailar. Porque estamos en un festival de música. Una podía estar de fiesta mientras veía la obra. Para mí esa es una enorme muestra de respeto al público, el gran menospreciado y subestimado en el arte contemporáneo. Aquí nadie impone su arte, sino que son piezas pensadas para el formato festival.

Coatlicue por Pepx Romero

Lukas Avendaño convulsionaba rítmicamente su cuerpo, portaba un traje lleno de cascabeles, que hacían un sonido leve. Era imposible que ese escucharan más fuerte que Fred Again o cualquier otro dj tocando al mismo tiempo en otro escenario de Ceremonia. Aún así, atrapó al público. ¡¿Podemos dejar de menospreciar al público?! De pensar que no entienden, que no pueden prestar atención, que si no están en un museo en el entendido de ver una obra de arte, entonces no pueden tener ninguna experiencia significativa con lo presenciado.

La fisicalidad de Avendaño nos ancla en el presente pero la escenografía holográfica diseñada por Oswald Erreve y la música producida por  EYIBRA y Nnux nos sitúan en el futuro, un futuro donde el género no nos contiene.

BIGUIDIRIBELA por MUXX

Lxs 4 artistas forman el colectivo Muxx. La obra que presentaron se llamaba BIGUIDIRIBELA, nombre de la deidad zapoteca de los murciélagos. El grupo la considera una performance multimedia. Fue comisionado por el Los Angeles County Museum of Art, en Traición  se presentó una adaptación. En la cuenta de YouTube de Muxx podemos consultar una grabación de la pieza original.En el festival cambiaron varias cosas, desde su duración hasta la forma en la que el público se relaciona con la obra. La pieza inicialmente estaba diseñada para ser transitada, para poder moverte alrededor del escenario, lo cual va en consonancia con la fluidez de género que plantean lxs artistas. Los olores de las plantas aromáticas aquí tampoco están presentes. Creo que algo se pierde en esta nueva tarima. Quizás eso es lo que hace diferente que se presente un performance como este en un museo, que se tiene la infraestructura adecuada para realizarlo. Solo eso. Nada de pensar que allá se tiene un público más óptimo, nada de allá se provee de legitimidad para las obras ni esas bagatelas que románticamente nos gusta adjudicarle a las instituciones. Aún así, Muxx logra un trabajo impecable dentro de los límites que el nuevo formato impone.

Lo contrario pasa con el cabaret multimedia Colombianización de Nadia Granados, La Fulminante. Presencié la versión completa en el teatro El Vicio y creo que un escenario tradicional como ese, le queda muy corto. Colombianización quizás no fue pensado para un festival masivo con pantallas de la más alta definición, pero es ahí donde para mí adquiere sentido pleno. Según el académico Jesús Torrivilla, Granados “parecía una rockstar”. Estoy completamente de acuerdo con esa observación.

Colombianización por Nadia Granados

Trabajó con el productor musical Bclip para crear una serie de canciones y videos cercanos a géneros como el reguetón y el trap, dos de los más populares en los charts globales. Lxs asistentes de Ceremonia bailaban a su son: arte político que no te regaña y que te permite mover el cul0, no es algo que se escuche todos los días.

Al respecto, la performer Panocha Chichimeca comenta: “la política entra por la estética”. ¿Qué atrae del narco a todos estos hombres jóvenes? Su estética: el poder portar armas, poseer mujeres, manejar carros. Ese es uno de los planteamientos detrás de Colombianización, cómo el ejercicio de la (narco)violencia está intrínsecamente ligado con la construcción tradicional de la masculinidad.

¿Qué atrae a lxs asistentes de Ceremonia de Colombianización para bailarla o al menos regalarle 30 minutos de su atención? Su estética: Las coreografías que Nadia Granados, Selma Seceze  y Aom  montan sobre el escenario, sus cambios de vestuario (Granados hace drag king y encarna diferentes personajes), la música, el GTA y las voces distorsionadas con las que estamos tan familiarizadas gracias a Internet.

Colombianización por Nadia Granados

Este cabaret político multimedia  –como la propia Granados lo denomina– no está hecho para tener una sola lectura o interpretación. La Fulminante no rehuye del formato espectáculo, al contrario, toma de sus códigos y formas para crear Colombianización. ¿Por qué la llamada crítica especializada decide condenar algo que la propia autora utiliza con gusto? Si Granados quisiera que reflexionáramos en silencio, con la cabeza gacha, sentadas en un museo, ¿por qué utilizaría el baile, la fiesta, lo multimedia, lo espectacular y llamativo? 

El potencial político de un performance no se diluye al suceder en un festival pop, ni siquiera aunque Ceremonia haya sido acusado de explotación laboral por sus trabajdorxs de catering y limpieza. Desde luego, es algo reprobable y no puede suceder en la siguiente edición, sin embargo, pensar que un escenario como éste está contaminado mientras el museo sería un espacio puro, libre de abusos laborales,  donde el arte sí tiene poder transformador o crítico, es una fantasía.

¿El nombre Capítulo 3000 nos dice algo? Pasar meses sin cobrar es desafortunadamente, algo muy común en las instituciones culturales. El abuso laboral está presente en buena parte de los museos, eso no lo hace aceptable pero sí desmiente la idea de que estos recintos son mejores para el arte porque en ellos no existen prácticas reprobables.

El arte dentro de un museo muchas veces es tan sólo tema de estudio para académicas, entretenimiento de fin de semana para las familias, un objeto que mantiene 8 horas de pie a las custodias. 

Conocido fue el caso de la exposición de la performer Lorena Wolffer en el MAM, las obras denunciaban la violencia machista al mismo tiempo que una trabajadora del museo en el que se presentaba, sufría ese tipo de abusos. Justamente por estar dentro de un museo, de su burocracia, de sus roles de poder y jerarquías, el arte ahí no podía hacer gran cosa mas que ser observado: ¿por qué entonces creemos que es más potente, más eficaz ahí que en otros lados?

¿Cuáles son las condiciones para la adecuada recepción de un performance? ¿Observar en silencio en un espacio cultural? ¿Tan poco potente es un performance que necesitamos confeccionarle un ambiente artificial, con todos los factores controlados, para poder apreciarlo? 

Otra mentira es que el público de Traición carece de aptitudes para digerir estos performances, ya que muchxs de lxs asistentes y protagonistas de este escenario queer son exactamente lxs mismxs que vistan los museos. Los mismos rostros que vemos en inauguraciones, coloquios y eventos culturales, se encontraban en Ceremonia.

Colombianización termina con el lema  “Hasta la victoria siempre”. Es una frase que creo que ha caído en desuso, cada vez es menos popular dentro de los activismos. Ahora se prefiere “Existo porque resisto”, pero qué bella, concreta y esperanzadora es “Hasta la victoria siempre”. Porque indica un rumbo fijo: la victoria. Y expresa que será alcanzada.  No es un “soportaré todos los embates” sin finalidad alguna, es más un “lograré mi cometido”.  Un buen cierre para una obra que durante 1 hora nos tuvo enfrentándonos con lo más sanguinario de la realidad latinoamericana.

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