Aforismos generales
El mundo del arte es más tradicional de lo que aparenta.
Las ideas pueden ser sobre el tema más subversivo posible: desenmascarar el pasado colonial, imaginar futuros fuera de la lógica capitalista, la propia falta del museo de diversidad en su acervo, lo que se te ocurra. Mientras se presenten en los términos tradicionales: una curaduría, una obra de arte, una crítica escrita, una tesis de doctorado, tienen cabida.
Siempre me pregunto qué significará ser crítica –su adjetivo favorito, como cuando dices “es una artista muy crítica”– en un entorno donde todas ya pensamos lo mismo.
“Es impensable un arte político, si no es ecológico; una de las razones políticas del arte es su compromiso con la cultura ambiental, con el cambio climático.” —Gabriel Orozco. Esto es hacer arte en 2024: Dar este tipo de declaraciones.
El mejor retrato que se ha hecho de unx artista joven lo hizo Anna Haifisch en el comic The Artist: tembeleque. Me da tristeza lo frágiles que son algunxs artistas. No es su culpa, así está configurada su profesión, necesitan de la mirada delx otrx para poder existir.
Exponer es abrirte a la opinión ajena. Mas que abrirte: abiertamente buscarla. No basta con crear en tu casa o dejarlo en borradores. Tienes que ponerlo ahí, para que las demás lo comenten, lo evalúen, lo destacen. Somos unas malditas aves de carroña. No solo lxs críticxs, todxs. Cómo no ser frágil cuando lo que haces está sometido a juicio de todxs.
Esta fragilidad se manifiesta de formas extrañas. No puedo creer que prefieran ser humilladxs en Internet a que su obra ni siquiera sea mencionada: “Pégame pero no me dejes”.
El problema es que todavía creen en la “legitimación”.
Artista, críticx de arte, curadorx, no son títulos nobiliarios: Son funciones, roles, cosas que eres cuando haces.
Si me preguntas qué ama la gente del arte, te diría que el fakin espectáculo. No importa cuánto desprecien la obra de Jeff Koons por “espectacular”, aman el show pero dándose baños de pureza. Digo esto en el contexto de las páginas de denuncias. La desgracia ajena las prende.
Odio los chismes. No puedo creer lo mucho que eso mueve y alimenta a mis colegas. Y no soporto que varias de ustedes estén metidas en comunidades que tal cual lo promueven. Cuchillean (quise escribir “cuchichean”, pero acuchillar también es un verbo que aplica) a espaldas de todas.
El mundo del arte no es un mejor lugar que el de los finance bros. Al menos estos pueden decir abiertamente lo que desean. Dedicarse al arte es anhelar el éxito pero solo en secreto. Y no llamarle éxito sino visibilidad.
Nuestro lenguaje es extraño. Ganar dinero se dice “ser autosustentable”. “No es una feria de arte, es una exposición itinerante que se adapta a varias necesidades”. Y así tenemos varios eufemismos.
Demasiada aristocracia –códigos de conducta, formas de demostrar status intelectual, formalidades– para un mundo que comparte tantos memes de ¡viva la guillotina!
Encontrarse con estas reglas ha sido cansino para una mujer “de una frontalidad tan bronca” como la mía. Simplemente es cansado o aburrido. No un martirio.
No puedo contarles una historia de sufrimiento, de esas que tanto les gustan. Aquí no hay y nunca ha habido una chica indefensa frente a un mundo del arte hostil. Solo una mujer a la que esto no le cuadra y por eso lo está hablando.
AFORISMOS ESPECÍFICOS
Sobre el mercado
A veces veo los precios de algunas obras y tengo la sensación de que hay gente que no sabe cuánto cuesta ganarse la vida.
A veces veo los precios de algunas obras y quiero llorar porque lxs artistas no saben calcularlos.
Sobre los museos
Un buen museo es burocracia, uno malo es desorden.
“I Can´t Imagine Ever Wanting to Be White” -Daniel Joseph Martínez, 1993.
“No puedo imaginarme querer trabajar en un museo” - Baby Solís, 2024.
Sobre la crítica de arte
Se sospecha de quienes tenemos puestos bien definidos o lugares prominentes en el arte. Yo extendería las misma suspicacia hacia las opiniones de quienes no los tienen: unx críticx de arte que aún está buscando su lugar en este ecosistema y que tiene que destacar con sus juicios, seguramente se ensañará de más para que se note lo agudo de su pensamiento o sus convicciones políticas (en el arte hasta eso se capitaliza, si no en dinero, sí en reputación).
En México sí existe crítica de arte, paren de m@m@r.
Sobre el coleccionismo
El principal motor para coleccionar arte no es “encontrar algo que combine con el sofá”, ni “evadir impuestos”, ni “especular”. Es tan cliché esa idea. Es como decir que todas las artistas son bohemias sin remedio o que los museos son la luz del mundo.
En tres palabras es generosidad, pasión y conocimiento.