WEA FEA!
A propósito de Palabras Mayores de Enrique Matthey
La escultura Palabras Mayores de Enrique Matthey fue vandalizada (¿intervenida?) con las siguientes frases: ARTE PENCAA! (que es como decir arte chafa, pero más peyorativo), WEA FEA, AUTOR: HIJO DE PAPI.
Vamos por partes. Iba a dedicar un párrafo a ARTE PENCAA! y uno a WEA FEA pero me di cuenta que son denostaciones similares. MORALISTA POCO ORIGINAL, CON IDEAS LIMITADAS!! podría responder yo a quien rayó la escultura, si únicamente me dedicara a la crítica de arte y no también a la educación. Hagamos honor a esta profesión porque preparación obliga (léase esto en el mismo sentido de noblesse oblige).
WEA FEA: Desde luego que Palabras Mayores es fea. Parece un camote, una popó, un amasijo seco, es fea como una blasfemia (Abuelo Simpson dixit), pero el arte no ha está precisamente interesado en ser bonito desde hace un siglo. Que sea una wea fea no me parece una calamidad ni nada que objetar a una obra de arte. Al menos no a aquellas producciones que al igual que ésta, claramente no tienen interés en ser parte de la tradición del arte clásico virtuoso.
AUTOR: HIJO DE PAPI. No me interesa hablar específicamente sobre si Matthey es o no un fresa, cuico, pijo, gomelo, fifí. LA DESIGUALDAD SOCIAL EXISTE, LA CLASE SOCIAL JUEGA UN ROL EN QUE TAN FÁCIL O DIFÍCIL PUEDE SER DEDICARTE AL ARTE, pero ya lo hemos dicho suficientes veces, ¿de qué otra cosa podríamos hablar?
Quisiera enfocarme en una idea que frecuentemente sale a la luz: que son las hijas de papi –por lo general prefiero escribir en femenino, pero hagan de cuenta que en lugar A hay una X, o sea, lo que digo aplica para todos, todas, todes, todix– quienes hacen arte conceptual, no objetual, performance, cualquier cosa que consideramos una chorrada porque visualmente no es imponente o manualmente no es laboriosa. Como ellas son moralmente defectuosas (porque son privilegiadas y eso significaría que no poseen empatía, que viven en las nubes, que no tienen nada interesante de qué hablar, que solo se apropian de causas) su arte también sería deficiente: tonto, burgués, sin nada que decir.
La clase social juega un rol en qué tan fácil o difícil puede ser dedicarte al arte pero no determina qué género de arte te ha de interesar hacer (¡¡¡!!!). Esto debería ser una obviedad, desafortunadamente no lo es. Creer que si una artista es racializada, no privilegiada, neurodivergente, disidente de género, solo puede hacer de cierto tipo de arte, es tremendamente esencialista.
Cuando Howardena Pindell le mostró su obra abstracta -que no correspondía con la narrativa feminista de la época- al director del Studio Museum en Harlem (un barrio predominante afroamericano), él le respondió: "vete al centro de la ciudad y expón tu obra con los chicos blancos". Ciertamente, Pindell no estaba sola en su frustración por el hecho de que su trabajo únicamente fuera percibido a través de su raza o género*.
Howardena Pindell hacía arte abstracto sin ser un muchacho blanco y no tocaba temas feministas a pesar de ser mujer porque el tipo de arte que te interesa no está forzosamente determinado por esos factores. Entonces no, no solo las hijas de papi hacen eso a lo que llaman “weas feas”: arte conceptual, no objetual, abstracto, procesual, que no es una demostración de laboriosidad y técnica manual.
¿Solo las hijas de papi tienen futuro en las artes? Me niego a que eso sea una realidad. Las personas que realmente lo creen, ¿por qué siguen aquí si ya todo está perdido, si clase social es destino, si no hay nada que una pueda hacer para medrar aún sin haber nacido en cuna de oro? Yo sigo aquí justamente porque creo en el labrado más que en el determinismo. Creo en el labranza como cuando Norick rapea “me gané el respeto, sin m@m@das, sin varo, sin paros”, como Ángel Quezada o Lefty Sm, no al estilo de Elías Ayub, pero eso es texto para otra ocasión.
El rapero peruano Norick
CONSIDERACIONES VARIAS:
EL DINERO: Según datos del FONDART, fueron destinados $22.950.000 pesos chilenos, o sea 439,313.49 pesos mexicanos para la realización de Palabras Mayores. O sea, mucho dinero, ¿no? Aquí entramos en un dilema: ¿cuánto es mucho dinero? ¿cómo determinamos qué tanto es válido gastar en la producción de una obra de arte? ¿si hubiera costado tan solo 10 pesos entonces ya no será arte penca, wea fea? ¿quiénes son las personas capacitadas para decidir sobre los fondos públicos? ¿qué tiene que cumplir una propuesta artística para ser merecedora de este fondo?
¿Ese dinero se podría utilizar de mejor manera, para apoyar a artistas no hijas de papi, para financiar proyectos más relevantes? Cabe aclarar que Palabras Mayores no fue la única pieza beneficiada. Se apoyó a un centenar de artistas para que pudieran completar sus estudios, maestrías, doctorados, y realizar obras de arte de diversa índole, pueden checar aquí la lista.
Sinceramente no sé qué más decir sobre el dinero destinado a esta pieza sin caer en la mezquindad o en el filisteísmo. A diferencia de la mayoría de quienes han opinado, para sí es importante no incurrir en ninguno de las dos, sobre todo en el primero.
Enrique Matthey
EL ARTISTA: Matthey era un mal profe, era clasista, se lee en algunos comentarios, ¿el Estado no debe financiar los proyectos de personas clasistas? DESDE LUEGO EL CLASISMO ES INCORRECTO pero, ¿los fondos gubernamentales deberían tener una cláusula de nos reservamos el derecho de premiación? ME PARECE COMPRENSIBLE CUANDO SE PIDE QUE NO SE BEQUE A ALGUIEN QUE HA COMETIDO UNA VIOLACIÓN, por ejemplo, pero, delitos menores como el clasismo (no vamos a pretender que es lo mismo decir la equivocada e inadmisible frase “la pobre es pobre porque quiere” que de hecho golpear, ultrajar y violar a una persona), ¿cómo los dejamos fuera de la premiación, cómo hacerlo sin que se vuelva una fiscalización, un chivaterío, un saperío, un revisadero de hasta el último like o follow, un festival de la denuncia sin bases?
Que no se premien obras con miradas clasistas quizás lo entendería (quizás y hasta eso, con muchas pinzas, porque una obra de arte no tiene una sola interpretación válida, es muy difícil decir “esta obra es clasista y esa es la única y verdadera forma en la que puede leerse”), pero, ¿qué hago con el profe que dice cosas indebidas que no caen en un delito? ¿quizás hacer de la piel gruesa, no adherir a su sistema de pensamiento y responder con un trabajo impecable que no incurra en las mismas fechorías del profe?
La escultura de Rebcca Matte en cuestión
LA PERSPECTIVA DE GÉNERO: Lo que Palabra Mayores cubre es la escultura de Dédalo e Ícaro de Rebecca Matte, la cual se ubica desde 1930 en el frontis del Museo Bellas Artes de Santiago, Chile. “La escultura fue concebida en 1922, cuando el Gobierno chileno le encargó a la artista una obra para obsequiar a Brasil en su centenario”. Sí, está hecha por una mujer. No, el tapar la pieza no parece ser un ataque misógino, es decir, no tapa la obra en tanto que fue hecha por una mujer sino en tanto que es un punto de referencia arquitectónico/urbano, un elemento icónico del museo (ha sido vandalizada en numerosas ocasiones justamente por estas cualidades, es muy visible y significativa para Bellas Artes y la ciudad). Lo cual nos lleva al siguiente punto:
CADA, Inversión de escena, Museo de Bellas Artes, 1979
LA HISTORIA DEL ARTE: Existe una tradición, corta pero ahí está, de intervenir la fachada del Museo de Bellas Artes de Santiago. Desde el grupo CADA (Colectivo Acciones de Arte) tapando la fachada con una manta blanca, anulando la institución a manera de protesta, hasta el gusano que Juan Pablo Langlois hizo que parecería salir del edificio. Cuando Spencer Tunick pasó por Santiago, el punto de reunión para tomar sus fotos de desnudos masivos fue justamente la fachada de este museo.
También estamos dejando fuera hacer una lectura de Palabras Mayores en el contexto del resto de la obra de Matthey. Empresa que excede el tiempo que puedo dedicarle a la escritura de este texto. Pero quien quiera continuar con lo iniciado por mi escrito, podría hacerlo.
Spencer Tunick y la multitud desnuda frente a la fachada del Museo de Bellas Artes de Santiago, Chile
Creo que ofrecer siempre referencias a la historia del arte (tanto de otras obras como de lecturas) es parte del trabajo de las críticas de arte y educadoras. Para mí no se trata de decirle a las personas qué deben pensar ni cómo deben de sentirse ante una obra de arte: “está mal que las hijas de papi ganen FONDARTS y además el arte que hacen es feo, personas así de defectuosas solo pueden hacer obras igual de chafas, con tu escarnio en redes estamos siendo las nuevas Robin Hoods: atacamos a las artistas fresas para… no sé para qué, porque a cambio no sé qué le estamos dando a las nuestras, fuera de la oportunidad de bardear a alguien en Internet”.
Cuerpos blandos, gusano suave por Juan Pablo Langlois, realizado con bolsas de basura, 1969.
Mientras escribía esto, tuve una pregunta en la mente: ¿para qué hacerlo? Sé bien que el peor contenido para redes sociales es un texto de 5 cuartillas y mi proyecto sí existe gracias a los ingresos que genera por sí mismo y crear publicaciones que interesen a la audiencia es importante para eso.
¿Por qué hacerlo? Sé también que lo que digo será malinterpretado porque me salí del lugar común de hablar de las fresas, las cuicas, las whitexicans, las pijas y cómo su arte no debería existir o es obviamente menos relevante que el de las artistas que provienen de otras clases sociales.
O quizás este escrito ni siquiera será leído en su totalidad. ¿Entonces por qué y para qué llevarlo a cabo? Escribo porque sé. Porque tengo conocimientos del tema. Esa es mi única razón para hacerlo**.
-BSS